Explicación de la tarjeta verde EB-5: ¿qué es y quién es elegible?
La categoría EB-5 ofrece un camino de residencia permanente en Estados Unidos mediante una inversión que impulsa la economía y genera empleo. Este artículo explica en términos claros qué implica la tarjeta verde EB-5, quién puede solicitarla y cómo cumplir con los requisitos de creación de puestos de trabajo sin caer en tecnicismos innecesarios.
La categoría EB-5 es una opción de inmigración basada en inversión diseñada para estimular la economía mediante capital privado y nuevos empleos. A cambio de cumplir requisitos específicos, el solicitante y su familia inmediata pueden optar a la residencia permanente condicional y, posteriormente, a la residencia permanente plena. Comprender los elementos esenciales —naturaleza de la inversión, elegibilidad y creación de empleo— ayuda a planificar de forma realista y a evitar errores costosos.
¿Qué es la tarjeta verde EB-5?
La tarjeta verde EB-5 es una vía de inmigración para inversores que aportan capital “a riesgo” en una nueva empresa comercial en Estados Unidos con la finalidad de generar al menos diez empleos a tiempo completo para trabajadores cualificados. La residencia inicial es condicional por dos años. Transcurrido ese periodo, el inversor debe demostrar que mantuvo la inversión y cumplió las metas de empleo para eliminar las condiciones y convertirla en residencia permanente plena mediante una petición posterior.
Existen dos modalidades principales de inversión. La inversión directa implica participar en una empresa propia o ajena gestionada de forma operativa, con empleos directos demostrables. La inversión a través de un centro regional aprobado permite canalizar fondos a proyectos que, además de empleos directos, pueden acreditar empleos indirectos o inducidos utilizando modelos económicos aceptados por la autoridad migratoria. En ambos casos, el capital debe mantenerse “a riesgo” durante el periodo exigido y no puede estar garantizado por la empresa receptora.
¿Quién es elegible para solicitar la tarjeta verde EB-5?
La elegibilidad se centra en tres ejes: monto de inversión, procedencia lícita de los fondos y viabilidad del proyecto. El umbral general de inversión vigente es de 1.050.000 USD; si el proyecto se ubica en un área de empleo objetivo (TEA) —zona rural o de alto desempleo— o es un proyecto de infraestructura calificado, el mínimo es de 800.000 USD. Estos importes responden al marco legal actual y pueden actualizarse periódicamente. Además, el inversor debe desempeñar cierto rol de gestión o estar involucrado como socio limitado según los documentos corporativos, sin exigirse administración diaria del negocio.
La procedencia lícita de los fondos es crítica. Se requiere evidencia clara del origen y trazabilidad del capital, como declaraciones de impuestos, contratos de compraventa, herencias, dividendos, préstamos respaldados por activos propios y registros bancarios que documenten el flujo del dinero. También se aplican los criterios generales de admisibilidad migratoria (por ejemplo, antecedentes, cumplimiento de leyes y seguridad). El cónyuge e hijos solteros menores de 21 años pueden ser beneficiarios derivados. La solicitud inicial se presenta con el formulario correspondiente a la modalidad de inversión; tras su aprobación y disponibilidad de visa, la persona puede ajustar estatus en el país o tramitar la visa de inmigrante en un consulado.
Requisitos de creación de empleo
El núcleo del programa son los Requisitos de creación de empleo: cada inversión debe generar como mínimo diez puestos de trabajo a tiempo completo para trabajadores cualificados de Estados Unidos. “Tiempo completo” suele definirse como 35 horas semanales o más, y los empleos deben ser permanentes. No cuentan el inversor ni sus familiares. En inversiones directas, se exige evidenciar empleos directos en nómina. En proyectos de centros regionales, pueden acreditarse empleos directos y, de acuerdo con metodologías aceptadas, ciertos empleos indirectos o inducidos, siempre respaldados por informes y datos del proyecto.
El plazo típico para la creación de empleos es dentro de los primeros dos años de la residencia condicional, aunque algunos planes de negocio incluyen cronogramas razonables que permiten completar la meta dentro de un periodo cercano, según la naturaleza del proyecto. La documentación probatoria suele incluir contratos laborales, nóminas, formularios fiscales de empleo, organigramas y, en el caso de empleos indirectos, análisis económicos y reportes técnicos. La ubicación en TEA no reduce la obligación de crear diez empleos; simplemente modifica el umbral de capital requerido y puede influir en la disponibilidad de visas mediante categorías reservadas.
Más allá de los requisitos básicos, es útil considerar aspectos prácticos. La planificación financiera debe contemplar costes asociados a diligencia debida, honorarios legales, tasas gubernamentales y potenciales impuestos, además del capital de inversión. La estructura del proyecto y los documentos corporativos deben reflejar claramente el carácter “a riesgo” del capital y la participación del inversor. Es recomendable revisar el plan de negocio, supuestos de mercado, licencias y el calendario de contratación para asegurar que la creación de empleo sea alcanzable y demostrable con evidencia objetiva.
El marco legal reciente introdujo reservas de visas por categorías (por ejemplo, rurales, alto desempleo e infraestructura), lo que puede influir en los tiempos de espera para ciertos países. Algunos proyectos rurales pueden beneficiarse de tramitación prioritaria relativa, aunque los plazos siempre dependen de la carga de trabajo y políticas administrativas vigentes. En cualquier escenario, mantener registros completos desde el inicio —incluida la ruta del dinero desde su origen hasta la cuenta del proyecto— facilita tanto la aprobación inicial como la solicitud de eliminación de condiciones posterior.
Finalmente, al acercarse el vencimiento de la residencia condicional, el inversor debe presentar la petición para eliminar condiciones demostrando que mantuvo la inversión durante el periodo requerido y que se alcanzaron los objetivos de empleo. Si los empleos aún están en curso pero son razonablemente previsibles según el plan aprobado, puede aceptarse evidencia prospectiva respaldada por progreso verificable. Una preparación cuidadosa y documentación coherente suelen marcar la diferencia en esta fase.
En síntesis, la tarjeta verde EB-5 combina inversión de capital con metas claras de empleo. Quienes cumplan los umbrales de inversión, puedan documentar exhaustivamente la legalidad y trazabilidad de sus fondos y seleccionen proyectos viables con planes de negocio sólidos, tienen una ruta definida hacia la residencia permanente condicionada y, posteriormente, plena. La evaluación temprana de riesgos, plazos y requisitos probatorios es esencial para alinear expectativas y resultados.